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Introducción Histórica

La antigüedad del poblamiento en estas tierras se remonta a la prehistoria. A lo largo del Neolítico, la Edad del Bronce, la del Hierro. Siendo esta última donde está documentada la existencia de dos yacimientos (sobre el año 750 antes de Cristo), próximos, en los términos de Villamontán y Posada y Torre. Hasta la conquista del territorio por los romanos, hubo asentamientos dispersos de gentes en pequeños núcleos con carácter defensivo. Probablemente los primeros habitantes de esta zona fueron tribus pertenecientes a la “Cultura Castreña del Noroeste”, con una base económica agrícola-ganadera de subsistencia, algunas de las cuales podemos localizar en su espacio vital a través de los escritos de autores como Ptolomeo, matemático, físico y geógrafo del siglo II después de Cristo, que cita a los “Amacos” junto a la actual ciudad de Astorga, o los “Orniacos” en las tierras del “Uerna” la Valduerna.

La tribu de los Orniacos asentada en este valle en la prehistoria, dio denominación al río Ornia, hoy Duerna y a su consiguiente toponímia, del valle del río Duerna “de la Valduerna”. Se trataba al parecer de una tribu muy bélica: altos, delgados y de piel amarilla-verdosa, muy amantes de la libertad y de voluntad férrea.

En una novela histórica, de reciente aparición, “Los guerreros de bronce”, aparece como protagonista un guerrero de nombre Shirak hijo de Onuhak, príncipe de la tribu de los orniacos, cuya ciudad más importante, Argentiolum, se asentaba sobre un elevado castro situado en la ribera izquierda del río Ornia, a ocho millas al poniente de Bedunia (La Bañeza) y a once millas al mediodía de Astúrica (Astorga). Guerrero éste, Shirak, de enorme valentía ya que es capaz de enfrentarse al mismísimo Escipión Emiliano en la propia Italia y al temible general cartaginés Aníbal en tierras del páramo leonés y muy cerca de la ribera del Duerna.

No hay que hacer demasiado caso a la novelística; lo que sí es cierto es que existe un castro de la Edad del Bronce que ilumina bastante la forma de vida y costumbres de esta primigenia tribu.

Hay señales evidentes de poblamientos romanos ya que los romanos, al ser tan amantes del oro, y el Duerna ser rico en arenas auríferas, se asentaron en su ribera para explotar tan preciado metal.

La historía del Duerna tiene orígenes de oro y sangre: oro que daba la tierra y sangre de esclavos, de nativos astures, que morían a centenares arrancándolo de sus entrañas. Roma cobraba así, con una de las explotaciones más importantes de Astúrica, el tributo de la civilización aportada. El historiador Plinio, en términos generales, nos habla de la trascendencia de estos yacimientos y nos describe la tecnología empleada, tecnología que, todavía hoy, el observador estudioso puede reconstruir paso a paso.

También se crearon aldeas abiertas (vici) como en Villalís y Villamontán, para recoger a gentes encargadas del suministro de productos agropecuarios y silvicolas o la fundición de metales y la fabricación de útiles y herramientas. Los romanos no fundaron ninguna ciudad en estas tierras, aunque un poblado prerromano. Llegó a la categoría de civitas durante su dominio: “Argentiolum’. De época de dominación romana, se tiene constancia también a través de unas estelas y un ara votiva, encontradas en el término de Villalís, que dan testimonio de la ocupación del territorio por gentes pertenecientes a la Legio VII. Por los escritos de autores de la época, tan importantes como Plinio ( siglo I después de Cristo) o a través de las referencias encontradas en el itinerario de las vías romanas de la península Ibérica de Antonino, emperador romano, “Bracaro” (Braga) en Portugal, “Petovonium” (Rosinos de Vidriales) en Zamora, “Árgentiolium” (Miñambres de la Valduerna) y “Ástúrica” (Astorga) en León,

En la Edad Media estas tierras pasaron al Arciprestazgo de la Diócesis de Astorga y a estar bajo la jurisdicción del Señorío de los Bazán, linaje originario de Navarra (valle de Baztán) cuyo dominio se extendía desde el siglo XIV por toda la comarca de la Valduerna y cuyo más destacado representante fue D. Pedro Bazán, nombrado en 1454 vizconde de Palacios de la Valduerna por el Rey Enrique IV.

Durante los siglos XVIII y XIX se desarrolló en esta zona una próspera actividad agropecuaria que permitía liberar excedentes de la producción para ser destinados a la venta en los mercados provinciales, complementada por la fabricación de harinas y la confección de paños de lana y lino en telares artesanales. La importancia de la actividad harinera fue destacada, lo que aún puede constatarse visitando alguno de los molinos que salpican los cauces fluviales y que llegaron a incorporar un “sofisticado” sistema de selección de la producción.

Hoy en día en su agricultura se suelen mantener rotaciones de cultivo variados y como principales productos cabe destacar la patata de calidad superior, la famosa alubia de la Valduerna (conocida en el mercado como alubia de La Bañeza), remolacha, maiz, garbanzo, cereales y para el consumo particular la uva, hortalizas y fruta. Sin duda su vega es rica en suelo y variada en productos,

En su ganadería cabe destacar el ganado porcino y lanar con sus respectivas granjas modernas. Los pastos cuando las precipitaciones ayudan son buenos y con suficiente extensión para el ganado.

 

 

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